El desfile del capitán
Los niños se repartieron por el puerto. Los mayores ayudaron a los pequeños a quitar los remos de las chumaceras de las barcos, o a sacarlos de las casetas de los pescadores. Luego, silenciosos y ordenados, se dispusieron todos en dos filas perfectas a los lados del puente donde, precisamente en aquel momento, estaba atracando el Capitán Talbooth. Cícero estaba un tanto alejado en compañía de un pescador. Viéndonos llegar en medio de aquella marabunta, había dejado de hablar y aspiraba su pipa con expresión resignada.
-¡Hola papá!- lo saludó Vainilla al pasar a su lado.
-¿Cuándo dejaréis de torturar a ese pobre hombre?-preguntó.
-Pero si no le torturamos. Al capitán le gusta.
-Pues procurad no excederos
La verdad es que esta parte del libro me llamó muchísimo la atención porque era muy original. No entiendo por qué Cícero no estaba muy de acuerdo con ese acto, pero esta claro que el capitán lo disfrutaba mucho aunque le quedase ya poco tiempo de vida...No he puesto mucho pero la próxima vez lo haré más completo.
Dulce
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